Lughnasa, Lammas, Lúnasa, Lùnastal.
Es la cuarta de las festividades mayores (Sabbats) y por lo tanto es uno de los días más importantes del calendario pagano; “La Rueda del Año”.
En el calendario corresponde a la parte media entre el solsticio de verano y el equinoccio de otoño, época del inicio de la cosecha (el 1° de Agosto, aunque se puede adaptar al domingo más próximo a esta fecha).
Su origen tiene lugar en Irlanda, Escocia, Cornwall, Gales, el norte de Inglaterra y la Isla de Man, aunque su origen debió ser generalizado en todo el territorio Celta. En dicha mitología, fue establecida como una festividad funeraria, por el Dios Lugh. En ella se celebraban banquetes y juegos en conmemoración de su madre adoptiva Tailtiu, quien murió de fatiga ese día, tras haber limpiado las tierras para ser cultivadas. En el neolítico (Edad de Piedra) la gente del Valle Boyne alineaba sus monumentos a los eventos solares más importantes, tales como el solsticio de invierno, los equinoccios y el solsticio de verano. El año solar fue posteriormente dividido para marcar los puntos intermedios entre los eventos solares mayores, determinando los cuadrantes para las festividades de Imbolc, Beltane, Lughnasad y Samhain.
Lughnasad marcaba el final del verano y el inicio de la temporada de cosecha y justamente ese día su comida consistía en el producto de su primera cosecha. Durante el día se reunían con miembros de comunidades vecinas para disfrutar la festividad, deportes y recolección. Las tradiciones paganas tornan su atención a las costumbres de la gente del pueblo (recordemos el significado de la palabra pagano: habitante del campo) y por ello es importante destacar la conexión entre ellos y la tierra, la cual representa la vida misma junto con sus ciclos.
En la rueda del año, a Lughnasad sigue Mabón, en el Equinoccio de otoño, la cual es la segunda festividad de cosecha, y en esta temporada, ya hay suficiente alimento almacenado para durar el invierno y que permitirá que la gente se prepare para la temporada de otoño e invierno. Es por ello que Lughnasad se festeja con los frutos del verano, tiempo en que el sol germina los alimentos de la época más cálida. Es época de desear y propiciar abundancia en tu vida y en la de la gente que te rodea.
La experiencia de Lughnasad o Lammas en nuestra vida es muy importante porque tiene que ver con la gratitud a la abundancia que la Madre tierra nos prodiga, lo que generará un círculo virtuoso entre el festejo de bonhomía y la cosecha de aquello que sembramos. Es una época para celebrar los ciclos de vida; es el disfrute del producto de nuestros esfuerzos. También es una época de unión, en tanto tenemos la oportunidad de compartir con nuestra comunidad o nuestra familia, lo que obtuvimos durante la época de siembra. Lo que ahora tenemos es la garantía de nuestra supervivencia en la parte oscura de la rueda del año, así es que pregúntate ¿qué obtuviste en este año? ¿de qué forma lo puedes compartir? ¿qué esfuerzos y sacrificios te implicó? Las respuestas a esas preguntas te dirán de lo que eres capaz. Y si tus logros no te satisfacen, no es malo, lo que nuestra familia cosechó será suficiente para mantenernos a salvo y tendemos la promesa de otra rueda en la cual podremos intentarlo nuevamente, habiendo aprendido de la experiencia previa, pues también en esa cosecha se encuentra la semilla que germinará en la siguiente rueda.
Como hemos comentado, entre las actividades que solían desarrollarse estaban los deportes y la recolección. Si tienes la oportunidad de recrear dichas actividades, es una buena época para ello, pero también puedes salir con los tuyos a un área llena de naturaleza y vegetación, tener una reunión familiar, beber un poco de vino y bailar; compartir momentos y charlas llenas de escenas y momentos que servirán de cobijo en tiempos en que las actividades cotidianas nos vuelvan a separar. Recuerda que ese es uno de los motivos por los cuales se trabaja duro durante el año, para estar en unión y deleite con nuestras familias y amigos y así compartir la mesa y las escenas de vida.