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El fin del verano

SAMHAIN

31 de octubre

En esta celebración nos preparamos para contactar a todos aquellos que han fallecido y que nuestro corazón desea volver a sentir más cerca de lo que nos permite la memoria y el amor aunque sea un día o dos, hablamos de todos los seres vivos que han trascendido no solo humanos también incluimos a nuestras mascotas ya que los vínculos afectivos que se hacen durante la vida perduran a través de la muerte.

Significado

Es una festividad que se asocia a la magia, a los brujos y a las brujas, se celebra el 31 de octubre. Para nosotros los paganos marca el fin de una rueda y el inicio de la siguiente, (le llamamos rueda a un ciclo anual). Para las personas que no están en nuestra tradición se celebra el “Día de Muertos” y la manera de recordarlos, pero en nuestra tradición es la Festividad más importante porque nos reunimos y celebramos a nuestros ancestros, y para nosotros se abre un portal energético en esos días ya que nos encontramos como decimos en “UN TIEMPO QUE NO ES UN TIEMPO, EN UN SITIO QUE NO ES UN SITIO”, porque en esos días se nos permite tener más cercanía con los seres queridos que han trascendido y están en otro lado esperando que nosotros lleguemos algún día para volvernos a reunir, también celebramos que nuestra madre tierra está muriendo para renacer a principios de enero cuando los primeros rayos de luz vuelven a preparar a la tierra para florecer.

La palabra Samhain es de origen gaélico, el idioma nativo irlandés y quiere decir “fin del verano” siendo este el año nuevo Celta, ya que los antiguos pueblos célticos celebraban la festividad en el momento de transición al invierno, los celtas llamaron a esta festividad Samhain como un equivalente al día de todos los santos difuntos conmemorado por la Iglesia Católica el primer día de noviembre.

Samhain es el día entre el año viejo y el año nuevo, cuando las fronteras entre el mundo físico y el mundo espiritual se abren, facilitando la comunicación entre esos dos mundos, pero sobre todo al tener la oportunidad de estar entre esos dos mundos, energía de vida y de muerte a la vez, nuestra capacidad de conectarnos con nuestra magia y con toda la sabiduría ancestral que nuestros antepasados nos legaron y en este momento nos renuevan, nos hace sentir la verdadera conexión con todos los seres visibles e invisibles que habitan en nuestro rededor, con nuestra madre tierra y con ese espacio cósmico que finalmente nos envuelve y nos hace un todo.

También en esta época los grupos Celtas celebraban la fiesta agrícola de la tercera cosecha, la cual marcaba el final del verano y el comienzo de un nuevo año, pues el Sol estaba en su punto más bajo del horizonte. Samhain representa el ritual de la última cosecha, la recolección de hortalizas y tubérculos, preparándose así para la época oscura del invierno, en los viejos tiempos el ganado pequeño que no soportaría el invierno era sacado de la manada y sacrificado.

Mitológicamente, esta fiesta representaba el momento en el que la Diosa se vestía de luto por la muerte de su Dios y a la vez se prepara para el futuro nacimiento de su hijo, en este momento la Diosa presenta el aspecto de la Anciana, la bruja sabia que ha recorrido los 4 rumbos (norte, sur, este y oeste o desde un punto de vista pagano, agua, aire, fuego y tierra) en un andar de aprendizaje y evolución.

Para nosotros el Dios más importante en ésta festividad es un Dios mitológico de origen Celta, llamado “Cernunnos” (su nombre proviene del latín que quiere decir cornudo) se caracteriza por una figura masculina con cuernos de ciervo, este Dios representaba la fuerza masculina, simbolizando la fertilidad, la regeneración, y la abundancia. Se consideraba señor de los animales y criaturas salvajes.

Este Dios se asocia a dicha festividad ya que se le atribuye la característica de la regeneración, la leyenda Celta dice que él era capaz de defender los bosques y a los animales pero cuando la tierra moría en el invierno él moría con ella para renacer con la llegada de la primavera y ser el gran protector de los bosques y todos los animales nuevamente. El cambio de estaciones es un factor fundamental para el símbolo de esta deidad al igual que sus cuernos de venado debido que según la mitología, los cuernos tienden a caer durante el invierno, crecer durante la primavera y llegar a su máxima fortaleza durante el invierno para repetir el mismo ciclo.

Cabe señalar que su figura fue demonizada por la iglesia medieval, al cual le designaron nombres como: Lucifer, Satanás o el diablo.

Para nosotros esta festividad es la oportunidad de convivir nuevamente con nuestros seres queridos que han trascendido, el velo de los mundos es más fino que cualquier época del año (hablamos de 2 mundos refiriéndonos a el mundo terrenal donde habitamos los vivos y al inframundo donde habitan los seres que ya han trascendido) y por lo tanto tenemos la oportunidad de disfrutar de su esencia con más transparencia. no es una época de luto como tal, porque sabemos que las almas que trascienden y dejan el mundo físico no mueren para siempre; solo ingresan en el mundo espiritual, que es un plano más elevado que el nuestro. Por eso en este día en especial nos preparamos para recibirlos, honrarlos y convivir con ellos.

En esta celebración nos preparamos para contactar a todos aquellos que han fallecido y que nuestro corazón desea volver a sentir más cerca de lo que nos permite la memoria y el amor aunque sea un día o dos, hablamos de todos los seres vivos que han trascendido no solo humanos también incluimos a nuestras mascotas ya que los vínculos afectivos que se hacen durante la vida perduran a través de la muerte.

Se preparan alimentos y se pone la mesa con sus platillos favoritos invitándolos a una convivencia amorosa y fraternal donde recibimos su espíritu y les demostramos nuevamente nuestro amor y cariño, también agradecemos todo lo que nos legaron, sus enseñanzas, su linaje y consolidamos nuestras raíces ancestrales.

Todas las personas que manejamos esta tradición en este momento de vida/muerte trabajamos para desapegar todo lo que en la rueda que termina no nos fue satisfactorio o que ya no nos conviene o sirve para empezar un nuevo ciclo, entramos en una etapa de introspección donde nos enfrentamos a esa oscuridad que tenemos dentro y a través del aprendizaje de la rueda que culmina tratamos de balancear nuestras energías. Nuestro aprendizaje debe enseñarnos que la muerte sirve para transmutar. Es el momento en que nos enfrentamos también a nuestra mortalidad, una introspección, que nos lleva a preguntarnos cómo y por qué somos paganos, exploramos de forma personal que es lo que debe “morir” en nuestra historia para seguir adelante en una evolución personal y así como la naturaleza “muere” para descansar y renovarse a sí misma, nosotros “morimos “ en este día para renacer al siguiente, renovados y conscientes de qué es lo que trabajaremos en la nueva rueda.

Como rituales mágicos y paganos se hacen hogueras para apaciguar a los espíritus. Se queman efigies que simbolizan nuestros miedos y se queman ritualmente las brasas del año viejo, esparciendo las cenizas en la tierra. Los hechizos y la magia son más poderosos; el mundo de lo sobrehumano está más latente y todos los seres feéricos y elementales tienen la capacidad de convivir con los seres terrenales. Existe una vieja leyenda que dice que en este portal energético las hadas se pueden casar con los humanos.

Para celebrar esta festividad los que profesamos la doctrina pagana acostumbramos adornar nuestras casas con las flores de la temporada, por supuesto con el maravilloso cempasúchil que nos habla de nuestras raíces, la flor de terciopelo, los crisantemos, y en nuestra mesa para la ofrenda a nuestros muertos preparamos platillos con pan de jengibre, maíz, vino suave o sidra, calabazas, manzanas, castañas, mandarinas y todos los frutos otoñales.

Predominan en nuestros altares los colores como el naranja, rojo oscuro, marrón negro y solemos adornan con hojas secas y calabazas.

Encendemos inciensos principalmente de sándalo, copal y mirra, pero también podemos usar de aromas florales o frutales que nos evoquen la temporada.

Compartiré una pequeña reflexión la forma que los paganos vivimos esta festividad es una comunión con la tierra, ella nos está mandando un mensaje contundente, que tenemos que “morir” para renovarnos y volver a empezar y en este proceso se dejan muchas cosas que tal vez no queramos soltar pero que es necesario desapegarnos para volver a renacer. Nuestra madre tierra tiene que ver morir a todas sus criaturas que surgieron de su amoroso vientre, siempre fértil. Ella sabe que uno de los precios de volverse a levantar fuerte y poderosa, dando nuevamente la vida es el desapego y la transmutación de todo lo que ya no sirve, así nosotros debemos de hacer un alto en el camino y sopesar lo que ya no debemos seguir cargando para la nueva rueda y por doloroso que esto sea sabemos en nuestro corazón que volveremos a florecer en seres renovados y paso a paso evolucionaremos en personas más fuertes más congruentes, empáticos y amorosos para que juntos logremos la armonía y balance que la humanidad, los animales las plantas y todos los que fuimos engendrados en su seno necesitamos para como en un inicio de vida, ser uno solo.

Tenemos una manera de despedir a nuestros muertos después de nuestra celebración y de demostrarles cuanto les amamos y extrañamos, se las comparto.

“FELIZ ENCUENTRO, FELIZ PARTIDA Y HASTA EL PRÓXIMO DÍA QUE VOLVAMOS A ESTAR JUNTOS”